

Dándole la vuelta a un clásico, pasamos del tradicional «conill amb all i oli» (conejo con allioli) a un delicioso plato único hecho al horno con una de las carnes más saludables sobre una base de patatas y cebolla y cubierto por una suave muselina de ajo…. una delicia…
No olvides acompañarlo con una ensalada fresca
Ingredientes
- 1 conejo cortado en 8-10 trozos
- 3 patatas medianas
- 1 cebolla
- all i oli
- un chorrito de vino
- sal y pimienta
- aceite de oliva
Preparación
- Poner sal y pimienta a los trozos de conejo
- Dorarlos en una sartén o mejor aún en una cazuela que pueda ir al horno y así nos ahorramos ensuciar y tener que fregar… Hay que dorarlos a fuego alegre, se trata de que queden con un buen color por fuera, no os preocupéis del interior que ya se harán en el horno.
- Cuando ya estén con un bonito color dorado, retirar y reservar y añadir a la cazuela un chorrito de vino para poder recoger todos los jugos, dejar que evapore el alcohol, poner el liquido en un vaso y reservar.
- Precalentar el horno a 180º arriba y abajo
- Pelar y cortar las patatas en rodajas fijas o panadera. Si teneis una mandolina es perfecto porque os quedarán todas iguales y se hace en un segundo y si no, pues con un cuchillo de toda la vida vigilando que el grosor sea lo más igual posible 2-3 mm (un poco más que para una tortilla)
- Poner un poco de aceite en la misma cazuela que hemos dorado el conejo y cubrir toda la base con las rodajas de patatas, poner un poquito de sal y pimienta.
- Cortar la cebolla en juliana (láminas finas) y colocarlas encima de las patatas. Poner un poco de sal y pimienta.
- Ahora ya, colocar los trozos de conejo encima y mojarlo con 3-4 cucharadas del jugo que hemos recogido en el vaso, guardar 3-4 cucharadas para mezclar con el allioli.
- Meter en el horno durante 35 minutos.
- Mientras tanto, preparar un allioli de la forma tradicional que tengáis por costumbre al que le añadiréis el liquido restante que habíamos separado en el vaso
- Pasado este tiempo, el conejo ya estará cocido por dentro y dorado por fuera, ahora es el momento de cubrirlo con una fina capa de allioli y ponerlo a gratinar. Este último proceso dura muy pocos (3 ó 4) minutos por lo que hay que estar muy pendiente para que no se queme.
- Cuando tenga un bonito color dorado ya podéis sacarlo y servir inmediatamente.
- Vereis que queda muy suave y gustoso por lo que, si os apetece, podéis poner aparte el allioli que os ha sobrado que con un buen pan siempre os lo agradecerá.
Como siempre, mucho mejor si lo disfrutáis en buena compañía…
1 Comentario. Dejar nuevo